Fútbol / Copa del Rey
El clan de los argentinos enfrente de Raphinha
Atlético y Barça buscan un puesto en la final en un duelo de revanchas tras su cita liguera y el clásico sudamericano
Simeone se mantiene en sus trece: «Estamos haciendo una temporada muy buena»
Atlético de Madrid-Barcelona, episodio IV. Por cuarta y última vez en la temporada, rojiblancos y azulgranas se ven las caras. Después de una victoria para cada uno en Liga y el combate nulo de la ida en Montjuic tras el espectacular empate a ... cuatro, esta noche el Metropolitano dicta quién se encontrará en La Cartuja el próximo 26 de abril peleando por levantar la Copa del Rey. Un cita sin red que se presenta una semana después del clásico del fútbol sudamericano, un Argentina-Brasil en el que cinco futbolistas colchoneros se impusieron con claridad a Raphinha, que había incendiado la víspera con unas explosivas declaraciones que se le volvieron. A excepción del sancionado Correa, vuelven a verse las caras, con los argentinos (también lo son el técnico, Simoene, y el cancerbero Musso, anunciado ya como seguro titular) necesitados de dar un paso al frente y el brasileño, que tuvo que tragarse sus palabras previas, ávido de revancha.
Eliminado de la Champions y muy alejado de la batalla por el título, muchas de las opciones de que la temporada del Atlético no termine en blanco pasan por su clan argentino. A falta de la sorpresa que supondría la inclusión de Nahuel Molina en el once, la presencia de Julián Álvarez, De Paul y Giuliano se da por descontada. Un trío de compatriotas al que se suma Juan Musso en la portería, cuya titularidad fue confirmada ayer por Simeone, a pesar de las dudas generadas por el meta en el encuentro de ida. Los goles y el esfuerzo de Julián y la clarividencia de De Paul se antojan fundamentales para que el conjunto rojiblanco tenga opciones de batir al Barcelona, además de la energía y potencia de Giuliano por la banda y el acierto de Musso en la portería ante el tridente más letal de Europa.
Argentina fue precisamente el refugio de Simeone para recuperarse después de la eliminación en Champions y la derrota liguera ante el conjunto culé. Con las pilas recargadas, y a pesar de que su equipo puede despedirse esta noche de casi cualquier opción de tocar metal este año, el técnico sostuvo ayer que la temporada de los suyos es «muy buena», a lo que añadió que no entiende la palabra fracaso en caso de sufrir un nuevo varapalo. «El que no lo intenta fracasa, pero el que lo intenta no fracasa». Aunque el devenir de la campaña puede provocar que el argentino varíe su valoración de la campaña. «El destino del partido a partido dictará si la temporada es muy buena, extraordinaria o regular», sentenció.
El Barcelona, por su parte, afronta el partido como «una final antes de la final», en palabras de Hansi Flick, que sacó pecho por el juego que están mostrando sus jugadores en este tramo final de temporada. El técnico germano dejó entrever la titularidad de Raphinha tras su ausencia en los dos últimos encuentros. El brasileño no entró en la convocatoria ante Osasuna y calentó banquillo los noventa minutos ante el Girona este pasado domingo.
Flick, que controla hasta el más mínimo detalle, abogó por darle descanso tras el intenso duelo que vivió con Brasil ante Argentina y del que salió trasquilado. En La Monumental soportó una fuerte presión ambiental tras su provocación en la previa asegurando que «les daremos una paliza, sin duda, dentro y fuera del campo si es necesario» y que además anotaría un gol. Unas declaraciones que avivaron la dureza del equipo albiceleste, encendieron a la grada y le reportaron críticas incluso de algunas exestrellas de su país como Marcelinho Carioca, Denilson, Rivaldo o Felipe Melo, que no dudaron en censurarle, tanto por sus palabras como por su pobre actuación en el encuentro.
Flick quiere aprovechar la frustración de Raphinha tras el clásico sudamericano y canalizarla para que rinda a su máximo nivel este miércoles en el Metropolitano. «Está absolutamente preparado para este partido frente al Atlético», aseguraba el preparador azulgrana tras el último entrenamiento antes de viajar a Madrid. El alemán sabe que con Raphinha en forma y motivado puede tener la clave para clasificarse para la final de la Copa del Rey. El porto-alegrense está viviendo su mejor temporada como profesional y hay quien le posiciona en la pelea por el próximo Balón de Oro. Sus números son una garantía. En los 47 partidos que ha disputado suma 27 goles (13 en Liga, 11 en Champions uno en Copa y dos en la Supercopa de España) y 20 asistencias, siendo decisivo en el liderato liguero o en la clasificación para cuartos de la Champions. A él se aferra Flick para alcanzar la final de Copa.
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